Roger von Gunten nació en Zúrich en 1933, su padre era contador y se dedicaba a la pintura durante los fines de semana, lo que le permitió a Von Gunten familiarizarse desde pequeño con ese arte. Él quería ser músico, pero no encontró su vocación en la música y desde entonces se ha dedicado a las artes plásticas. Estudió pintura y diseño gráfico en la escuela de artes y oficios en Zúrich su ciudad natal.
Llegada a México
Al terminar sus estudios de pintura y diseño gráfico en la Kunstgewerbeschule bajo la dirección de Johannes Itten realiza su primera exposición en 1956 en su natal Suiza. Tras pasar una breve temporada en Ibiza, España, llega a México y un año después inaugura su primera exposición ese mismo año y se junta con varios pintores jóvenes de la época que más tarde serían conocidos como La Generación de la Ruptura, estudia en la Universidad Iberoamericana realizando una especialidad en grabado en metal y posteriormente imparte clases en esa misma institución. Desde que llegó sintió una profunda identificación con México nacionalizándose en 1980 y viviendo a partir de entonces en el Distrito Federal, Michoacán y Morelos. Amante de los viajes, pasa un año en Canadá en 1981. A partir de 1993 se vuelve miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, CONACULTA-FONCA. Sus propuestas pictóricas se consideran determinantes en el proceso de consolidación del arte contemporáneo en México. Reside actualmente en Tepoztlán.
Siendo un apasionado de la botánica, la música clásica y la astronomía, su obra en la Galería de Antonio Souza abarca pintura, dibujo, gráfica y escultura, caracterizándose por su uso de color, figuras abstractas y formas que buscan siempre la alegría por la vida de lo mexicano. Para crear, Von Gunten recurre a un proceso que llama mitología personal. “Los recuerdos, lo que uno adora, que al enfrentarse a un papel, a una tela, de repente afloran casi como imágenes. Empieza un diálogo con el cuadro donde todo lo que a uno le interesa de alguna forma se hace visible”.1 Eligió la corriente abstracta y el uso intenso del color; su obra quizá no sea fácil de comprender, pero no tiene consejos para ganar nuevos adeptos.
Su lenguaje visual es inconfundible, tanto en pintura como en dibujo. Su paleta, su iconografía y su trazo no han cambiado mucho a lo largo del tiempo. Siempre hay referencias al mundo exterior e incluso al clima en el que está viviendo, referencias sentidas en forma interiorizada. Él ha dicho que sus cuadros “siempre son un camino recorrido, consisten en muchas capas, rodeos, añadiduras y negaciones, por suelta y espontánea que pueda verse la superficie final”.
Desde su primera exposición en México en 1957, su obra forma parte de importantes colecciones nacionales e internacionales. También ha trabajado y expuesto en Suiza, España, Francia, Inglaterra, USA, Canadá, Indonesia y Japón entre otros.
En 1993 fue aceptado como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte siendo un impulsor constante del desarrollo artístico y cultural de México.